De repente sonó largamente la campana de bronce…din din dinnnn…y de inmediato se escuchó ruido de puertas que se abrían, carreras por los pasillos, y una gran algarabía, risas, gritos, mientras el maestro trataba de calmarnos para que no saliéramos en estampida.
Con un gran vozarrón nos hizo callar, y nos dijo que esos campanazos eran para que fuéramos al gimnasio, porque allí se juntaría todo el colegio, ya que el Rector tenía que hablarnos.
Salimos en fila de la sala rumbo a la escalera y allí estaba aún el inspector frenando los ímpetus para que «camináramos»…
–¡Sin correr, jóvenes!
Fuimos los últimos en llegar al gimnasio, así que tuvimos que quedarnos atrás, de pie, y en silencio.
El Rector subió al escenario, y se dirigió a todo el alumnado: «Jóvenes, todos ustedes formarán dos filas. A la izquierda, los que tienen de un cinco a un siete en matemáticas de promedio. Esa fila, irá saliendo del establecimiento, rumbo a sus hogares».
«Los demás, harán una fila mirando hacia la puerta, y al ir avanzando, se tomarán la cápsula que les irá entregando el personal de salud, como ya les comunicamos a sus apoderados la semana pasada».
Hubo gran revuelo en el gimnasio, y los más grandes empujábamos a los más chicos hacia adelante, para que pasaran primero…
–¡Ya, apúrense, y tráguense la cápsula de sesos machacados!
¡Ahí mismo que se armó un tremendo revuelo! Y tuvo que intervenir el Rector, micrófono en mano…
–Ya, jóvenes, orden por favor, vayan avanzando , sin empujones…
Pero había algunos chicos que se resistían , gritando: Yo no quiero sesos! ¡me dan asco!
A esos, un inspector los agarraba del brazo y los metía a la fila, mientras el Rector añadía : Cuando obtengan sólo nota máxima en matemáticas, le darán gracias a las cápsulas mágicas…
Y los chicos y chicas avanzaban en fila hacia la puerta , donde tragaban la cápsula con un sorbo de agua. Ya nos íbamos acercando…arrastrando los pies…cuando sonó una sirena: uuuuuuuuuuuu
¡Llegué a saltar!
Y desperté….¿dónde será el incendio? Ahí comencé a aclarar mis ideas, y recordé que antes de dormir estuve leyendo noticias…como ésta:
Desaparecen 100 cerebros conservados en universidad estadounidense