Esta mañana madrugué…Obligada a despertar temprano, llovía…Me levanté rápidamente, tragué estando de pié, una leche con chocolate, y salí cascando…me encaramé en mi auto, muy pendiente del tráfico porque todos iban apurados rumbo a sus colegios o a sus trabajos, así que como sé que «el que pestañea pierde»en los semáforos salía rajada ganando espacios, hasta que llegué a la Caja Los Andes y me estacioné.
Ya había personas haciendo cola, adultos mayores a todo el frío una hora antes de que abrieran la oficina.
Seguía llegando gente, todos «de los sesenta p’arriba». Bien abrigados todos, y con cara de entumidos.
A las ocho y media ya habíamos unas cien personas, llovía suavemente pero el agua siempre moja…
Saqué mi cámara fotográfica y empecé a filmar…mágicamente se abrió la puerta y apareció un señor diciendo que abrirían media hora antes sólo para que no estuviéramos de pie y al frío, pero que nos atenderían a las nueve como de costumbre, porque a esa hora abren la oficina…y comenzamos a entrar en fila india, esperando que nos entregaran un número para la atención posterior. Éramos tantos, que muchos de todos modos quedaron de pie porque asientos no habían para tantas personas, ya que a esa misma hora ,los funcionarios tienen una charla profesional con las últimas novedades. Me tocó el Nº16 , y me senté a esperar.
De nuevo el mismo caballero se paró al frente a explicar (de nuevo) por si no todos habían escuchado, que la atención comenzaría a las nueve, porque así es el protocolo, y que «la persona que sacó fotos entienda eso»…
Yo miré para otro lado, y me costó no largarme a reír, pero una señora que había estado a mi lado cuando filmé, no se aguantó y me dijo «eso va por ti»…jajaja
Y para más inri , al momento llegaron unas funcionarias con una bandeja llena de vasos de telgopor, cucharitas, té y café, azúcar y endulzante…y un termo con agua caliente, ofreciendo esto para pasar el frío…¡genial!
Aquí lo importante de destacar, es la actitud , la mirada diferente al problema que venimos presentando desde hace ya unos años, esa intransigencia para darnos una manito , una facilidad, cada vez que tenemos que inscribirnos para los diferentes cursos. Era eso lo que esperábamos, porque a ninguno de nosotros se nos ocurriría pedir excepciones porque sí, sin razón de ser.
¡Bien por la Caja! Sigan así, porque no les hemos desordenado nada.